¿Qué es un mentor?

Un mentor es un guía. Una persona que te ayuda a encontrar dirección en la vida y que te apoya para desarrollar habilidades personales y profesionales que te beneficien en tu camino.

Yo he tenido la suerte de contar con un par de mentores y debo que admitir que su impacto en mi vida ha sido no sólo profundo, sino también duradero. Te explico por qué.

Mi experiencia

 Siempre he tenido algo de vendedor, algo de negociante.

De niño solía vender todo tipo de cosas y hacer todo tipo de tratos. Rentaba mis revistas de Asterix y Obelix a mis vecinos, vendía laberintos hechos a mano, e incluso llegué a poner precio a mis chistes.

Si bien mis padres nunca pusieron freno o límites a mis negocios, tampoco supieron motivarme a desarrollar más ese vendedor en mí. No me malinterpreten, tengo unos padres extraordinarios. Simplemente, es probable que esa parte de mi personalidad no les fuera muy clara. Y no los culpo, durante muchos años yo tampoco lo vi claramente.

Cuando tenía veintitantos traté de poner un negocio por mi cuenta. Fue hasta entonces que le di oportunidad a mi vendedor interno de manifestarse.

Me decidí por establecer un side business y mi primer intento, fue en el campo de las vending – machines.

En su momento, era algo práctico, que podía hacerlo sin dejar mi trabajo y con buenas posibilidades de dejar ganancias. Parecía un buen negocio para empezar. Así que puse manos a la obra.

Leí e investigué todo acerca de las vending – machines. Y no sólo de estrategias, sino también qué tipos de máquinas había, proveedores, costos, y hasta cuestiones técnicas. Finalmente, luego de un tiempo, tomé una de las decisiones más importantes de mi vida (hasta ese momento) y…

decidí invertir todos mis ahorros y “entrarle de lleno”.

Lo primero que hice fue visitar a un proveedor. Cabe destacar que en aquellos días, no había muchos en la ciudad. Cuando finalmente encontré uno, no fue precisamente lo que esperaba. El vendedor era atento y servicial, pero no era alguien que pudiera guiarte en el negocio. Se limitaba a vender las máquinas y darte uno que otro detalle técnico. Sobre estrategias nada y sobre los secretos del negocio, mucho menos. Pese a ello, como dije antes, era un tipo agradable que tuvo el detalle de ponerme en contacto con alguien que sí sabía de esto. Otro cómo yo, pero con más experiencia.

De hecho, el proveedor tomó el teléfono en ese mismo instante y llamó a esta persona. Cuando contestó la llamada, lo saludó y me paso el teléfono.

Vamos por un café mañana – dijo la voz al otro lado de la línea.

Y así conocí a Rubén.

Resultó ser un tipo en sus cuarentas, amigable, relajado, casado, tenía dos hijos y era empleado de tiempo completo para una empresa internacional.

Desde el inicio, me impresionó la apertura de Rubén para conmigo. En verdad quería ayudarme y no parecía querer guardarse ningún secreto acerca de nada. En ningún momento se mostró reticente ni me pidió nada a cambio. Bueno, sólo una cosa: leer un libro.

Padre rico, padre pobre de Robery Kiyosaki

Para ser honesto, no quería leer el libro. Hasta ese momento, no me sentía nada atraído por lo que yo consideraba libros de autoayuda o motivacionales. Sin embargo, me parecía un trato justo. Así que acepté leer el libro con tal de tener la ayuda de Rubén.

Ahí mismo, Rubén me dio su primera lección: ten la mente abierta y deja de lado tus prejuicios.

David  Cohen – fundador y CEO de TechStars – menciona que los mejores mentores son aquellos que retan tu manera de pensar desde un inicio con la finalidad de ir más allá y descubrir nuevas oportunidades en lo desconocido.

Rubén me reto desde nuestra primera charla en el café. No podría asegurar si lo hizo a propósito o no (y está bien, los mentores deben tener algo de místico), lo que sí puedo decir es que me ayudó a derribar algunas barreras y juicios de valor.

Ciertamente, aprendí algunas cosas del libro de Kiyosaky (de hecho, más de lo que me imaginé). Sin embargo, la lección más importante me la dio Rubén al lograr que me atreviera a hacer algo diferente.

Y en ese momento, Rubén se convirtió en mi primer Mentor.

Rubén, el mentor

Shawn Doyle – bestseller en Amazon y Coach profesional – dice que los mentores compensan nuestras carencias producidas por la inexperiencia o por la falta de habilidades, y nos ayudan a evitar los momentos de “si-hubiera-sabido-esto” en nuestra vida.

Rubén hizo eso y más. Siempre se mantuvo atento y cuidadoso de nuestra relación. Fue a cada una de las reuniones que concertamos, contestó cada llamada que le hice y me animó en el negocio y en mis ambiciones.

Más aún, me dejó conocer un poco de su vida, de sus planes y sueños. Aprendí de él muchas cosas. Cosas que yo quería hacer también y otras que supe no quería para mí.

Rubén me enseñó todo lo que sabía del negocio. Me enseñó sobre el balance vida y trabajo. Aprendí competencias y habilidades críticas, e incluso aprendí cómo compartirlas con otros. Hasta me enseñó a identificar el momento adecuado para salir del negocio.

Rubén reforzó en mi la idea de cuán importante es escuchar a otros y poner atención a sus experiencias. Sobre todo, me enseñó lo grato que es compartir el conocimiento y las habilidades con otros.

Conocer a Rubén ha sido una de las mejores cosas que me han pasado. Con él entendí lo trascendente que es tener un mentor, un coach o un guía. Lo importante de tener a una persona que te oriente y te muestre el camino.

Conforme pasó el tiempo, mi mentor se convirtió también en un amigo. Y eso es algo más por lo que estoy sumamente agradecido.

Sheila Eugenio – Digital Marketing Consultant – dice que hay muchas razones para buscar a un mentor:

Obtener experiencia más allá de los libros, tener una guía de alguien que ha recorrido el camino, mantenerse motivado, y recibir ánimo, entre otras.

Todas estas razones las comparto. Sin embargo, creo que mi experiencia con Rubén me enseñó que la razón más importante para tener un mentor es:

Aprender a compartir. Tal como lo hizo Rubén al compartir su tiempo, ideas, experiencias y conocimientos con un completo extraño.

Como diría Susan Johnston: Rubén, fue generoso con su tiempo y recursos, como todo buen mentor debe ser.

Tener un mentor me trajo muchos beneficios. Aún hoy, haber conocido a Rubén sigue dando mucho a mi vida. Y espero algún día poder hacer lo mismo por alguien más.

Así que te recomiendo que busques a un mentor, busca muchos y para muchas cosas. Búscalo en tu trabajo, en tu vida, para tus sueños, para tus ambiciones.

No tengas un mentor. Ten tantos como puedas.


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Luego de más de 8 años en el área de Learning, he aprendido que la mejor manera de aprender es conversando y compartiendo con otros.